El fular portabebés es el sistema de porteo ideal durante los primeros meses. Además de todos sus beneficios fisiológicos, proporciona una experiencia incomparable de contacto e intimidad con el bebé. Conseguir la soltura necesaria es solo una cuestión de práctica y se puede conseguir mucho antes de lo que muchas personas piensan. Te dejamos nuestras recomendaciones para empezar a portear con una sonrisa:
1. QUERER
Desde luego, es el primer paso. No conocemos a nadie que haya querido portear y no lo haya conseguido y, además, disfrutado mucho. Después te preguntarás: ¿cómo me podía parecer tan difícil?
2. APRENDER
Para empezar, ya estás en un buen sitio, porque en Martha Peach te ayudamos. AQUÍ puedes ver los tutoriales con el paso a paso… Póntelos las veces que haga falta y antes de lo que esperas, te los sabrás de memoria.
3. PRACTICAR
Las primeras veces puedes intentarlo sin el bebé. Va genial utilizar un muñeco porque así puedes ir cogiendo soltura para cuando tengas que hacerlo de verdad. El espejo también es un gran aliado para ir revisando la colocación.
4. SEGURIDAD
Revisa nuestros TIPS para un porteo seguro: El bebé a la altura de los besos y siempre orientado hacia ti. Vías respiratorias siempre libres y visibles. Respetando su postura fisiológica: espalda en forma de “C” y rodillas más altas que el culete. La tensión adecuada es la que garantiza la sujeción de la columna.
5. EL MEJOR MOMENTO
La primeras veces, en la medida de lo posible, intenta encontrar un buen momento para ti y para el bebé. Si te siente nerviosa, también se puede inquietar. Evita momentos en que tenga hambre o un sueño exagerado, y procura que su pañal esté limpio. A los bebés también les gusta mucho el movimiento, así que, en cuanto puedas, ponte a caminar o sal a la calle y verás como enseguida se va tranquilizando.
6. PACIENCIA
¡El tip más importante! No pasa nada si el primer día no lo consigues, te pones nerviosa o el bebé llora. Es muy normal. Sigue intentándolo porque lo vas a conseguir. Si acabas de empezar a anudar y se pone a llorar: mécele, háblale con cariño y muévete un poco. Después, revisa que la posición es correcta y vuélvelo a intentar.
