Al hablar de porteo, la primera idea que nos viene a la mente es la de un accesorio que nos permite salir a caminar, comprar o hacer excursiones. Este uso del fular portabebés en exterior es el más conocido y por sí mismo maravilloso. Pero además para muchas mamás es la manera de descubrir otro mundo de posibilidades: el porteo dentro de casa. Si entendiéramos el porteo como llevar al bebé con nosotras de un lugar a otro… la realidad es que el 99,9% de las mamás nos pasamos varios años de nuestra vida «porteando con o sin fular», dentro de casa.
¿En qué consiste entonces el porteo indoors?
Al utilizar el portabebés en nuestras rutinas en casa, la lista de tareas difíciles de abarcar empieza a reducirse como por arte de magia. Y no solo eso: a la vez que nos somos capaces de hacer más cosas, estamos dando al bebé el contacto que tanto necesita para su correcto desarrollo. Escuchar nuestro corazón, nuestra respiración o acompasarse con nuestros movimientos, le ayuda a sentirse en calma y conciliar el sueño con más facilidad.
Nosotras mismas hemos experimentado esta increíble sensación de mayor control de la situación. Quizás por eso, desde las primeras semanas de confinamiento, nos hizo especial ilusión que muchas mamás nos escribieran para contarnos cómo el fular Martha Peach les estaba ayudando a seguir con el día a día. Tener libres las dos manos y a un bebé tranquilo y feliz nos despeja un buen número de actividades que podemos planificar y llevar a cabo con más serenidad:
AFRONTAR EL TELETRABAJO Y OTRAS GESTIONES DIARIAS
No estamos hablando solo de poder sentarte a trabajar con el ordenador y las manos libres para teclear… Saber cuánto tiempo tienes por delante es fundamental para centrarte en una tarea. Hasta los bebés más tranquilos tienen días en que te reclaman desde la cuna una y otra vez. Ya no digamos cuando están molestos con gases o reflujo… Esa sensación de no saber cuándo va a tener lugar la siguiente interrupción, te descoloca totalmente y es normal que te desanime un poco.
ATENDER A LOS HERMANOS MAYORES
Uno de los miedos más comunes para una mamá a la hora de tener más hijos es la posibilidad de que el hermano mayor se sienta desatendido. Llevando al bebé en el fular puedes estar más presente para el resto de la familia. ¿Te imaginas empezar a hacer check cada día en tareas a las que antes no llegabas? De pronto, puedes dar la cena a tus otros hijos, ponerles el pijama o jugar con ellos. ¡Todo se simplifica!
Además, ocurre algo muy curioso relacionado con los temidos celos. Al estar el bebé sobre tu pecho bien colocado y el peso repartido por tu espalda, no necesitas estar cambiando constantemente de postura, como cuando le tienes en brazos. De esta forma, los hermanos te sentirán más centrada en ellos y menos «pendiente» del bebé.
PREPARAR COMIDAS SENCILLAS Y COMER CON CALMA
Puedes preparar y servirte comidas frías o templadas perfectamente. Especialmente en esta etapa, no debes dejar de cuidarte. Es fácil caer en la espiral de comer rápido, a destiempo y cualquier cosa para terminar cuanto antes. En la cocina, como en todo, además de los tips para un porteo seguro, es fundamental que te guíes por el sentido común. Por ejemplo, no debes realizar actividades potencialmente peligrosas como algunas de las que desarrollamos al cocinar con objetos cortantes o comidas calientes.
RECOGER LA CASA O LA COLADA
Recoger la habitación, colocar la colada, aspirar pequeñas zonas… El orden en casa no es lo más importante cuando tenemos un bebé pequeñito, pero si parte de tu bienestar depende de ello, el fular puede ser un gran aliado. Cualquier movimiento cotidiano que realices sosteniendo a un bebé en brazos, puede suponer un reto: recoger un objeto que se nos ha caído al suelo es solo un ejemplo y seguro que te verás alguna vez en apuros de este tipo mientras cuidas de tu bebé.
DESCANSAR EN EL SOFÁ
Leer, ponerte cómoda para hablar con tus amigas o ver tu serie favorita… Este punto nos parece importante y nos lo han preguntado muchas veces: «¿Me puedo sentar en el sofá?» La respuesta es sí. Tu descanso es perfectamente compatible con el de tu bebé con la ayuda del fular. Comprueba siempre que el pequeño está en una buena posición y que sus vías respiratorias están visibles y despejadas.
